La brújula del camaleón

El blog de Lua Soleil – cultura, viajes, fotografía, cine y literatura

Cómo adoptar un perro y no morir en el intento 20 de noviembre de 2014

Éste es Saiyan.

 It's been almost 2 weeks since we adopted our little Saiyan and he is growing up so fast and making us so happy! I'm so proud we adopted a pup in need. The idea was in my head for a few years now and we finally did it. I don't regret a thing.

Hasta hace unos pocos meses se llamaba Gambol (supongo que por Gumball, el gato de los dibujos, pero escrito a lo español) y vivía encerrado en el cuarto de baño de una perrera. No era por crueldad, sino por caridad. El cuidador de la perrera lo separó de los adultos, que viven en cheniles, para que no le cotagiasen enfermedades que, siendo un cachorro, podían matarle. En cuanto lo vi supe que tenía que sacarlo de allí antes de que muriera por algún contagio imprevisible. Había encontrado a mi perro.

Razones para adoptar:

Adoptar un perro no es lo más sencillo del mundo pero es mejor que comprar si tu objetivo no es criar o llevar a concurso, sino tener un compañero. Las razones son variadas: salvar la vida de un animal que sería sacrificado en una perrera; darle un hogar a un perro que ha sufrido el abandono; darle el tiempo que, en una asociación, por mucha dedicación que le pongan, los voluntarios no pueden dar a todos y cada uno de los animales; por qué no, pagar menos dinero por él; disfrutar de la mejor salud de un perro mestizo (aunque también los hay de raza), etc.

Saiyan es, posiblemente, una mezcla de pastor alemán y bodeguero.
Lo encontraron abandonado en la calle junto con su hermano.

Esto último es un tema serio y, aunque no estoy en contra para nada de los perros de raza, es sabido que tienen más problemas de salud a lo largo de su vida y, si no, preguntadme por la cocker que se nos murió a los 8 años de una enfermedad degenerativa del riñón y que tenía desde pequeña continuos calambres en la cadera, por el beagle que se nos murió al cumplir el año de un tumor cerebral, o por los problemas con los criaderos, que nos dieron un beagle que se nos murió a las dos semanas de parvovirosis o una cocker, la que ahora tenemos, que vino con el rabo cortado de manera tan salvaje que casi se muere de cachorrita a causa de la herida y las hemorragias.

Por eso, por la experiencia y por el convencimiento de que lo que quiero es un perro, un compañero y no un modelo de belleza canina (aunque cada cual es libre de saber lo que le gusta), he querido adoptar y no comprar. Si estás pensando en hacer lo mismo, sigue leyendo y compartiré mi experiencia contigo. Encontrarás consejos para saber lo que te puedes encontrar.

Imagen de sun-gazing.com

Adoptar, un camino de obstáculos para un final feliz:

Lo primero y más importante: hay que estar seguro al 100% de que quieres que otro ser vivo te revolucione la existencia. Aunque supongo que esto lo sabes, no está de más recordarlo. Dan mucho cariño pero también exigen dedicación.

Segundo: hay que pasar por un montón de trámites y papeleos que uno duda que sirvan para algo más que para sacarnos información personal y que hay que soportar estoicamente. Te encontrarás preguntas del tipo: cuánto mide la valla de su jardín o cuántos son en casa, qué relación tienen entre ustedes, a qué se dedican y de qué hora a qué hora están en casa. Todas pueden parecer cuestiones entrometidas y hasta peligrosas de contestar. Muchas asociaciones, hasta te piden que lleves a toda tu familia y a tus otros animales a la protectora o perrera para evaluar tu situación. Otro trámite engorroso más. Si no estás de acuerdo con todo lo anterior, no podrás adoptar. Mi consejo es
que seas fuerte y pienses en tu perro, que te está esperando en un chenil.

Fire Eyes // Ojos de Fuego

Otras pegas que puedes encontrarte: 

Para la mayoría de asociaciones es un problema:
– que vivas solo y trabajes (puesto que asumen que el perro pasará el día entero solo),
– que estés en paro (piensan que no podrás mantener al animal por mucho que les asegures lo contrario),
– que estés alquilado (ya que no es tu casa y hay que llevar consentimiento del propietario; si lo tienes no pasa nada, pero necesitan verlo),
– que pienses tener hijos o mudarte (creen que mucha gente se deshace del perro cuando esto pasa y, de hecho, muchos no te dejan adoptar si les dices que piensas llevarte al perro fuera de la región en que está. Hay que asegurarles que, pase lo que pase, no lo dejarás atrás),
– que les digas que tienes un jardín muy grande (les gusta que lo tenga para salir un rato pero no quieren que el perro viva allí)
– que les digas que vives en un piso sin jardín (sobre todo si el perro es grande, no querrán dártelo si dices que vives en un piso pequeño por mucho que digas que lo vas a sacar).
– que nunca hayas tenido perro (muchos caen en la tentación de advertirte que es como un hijo y que a lo mejor no entiendes bien lo que supone).

Lo perfecto para ellos, claro, es ver una familia corriente, que ya tiene o ha tenido perro, con trabajo pero con tiempo y una casa con jardín, pero no te desanimes. Es verdad que puedes tener mucha voluntad, unas ganas tremendas y un compromiso inquebrantable pero quedarte sin perro si las condiciones no son óptimas o, más que nada, ven que dudas. La clave está en que seas estable y vean que lo tienes claro. Lo que hacen está bien por una parte y mal por otra, ya que lo veo como una desventaja para muchos perros que, a lo mejor, se quedan sin ese hogar que alguien quiere ofrecerles, a pesar de que, por otro lado, las asociaciones es verdad que sólo quieren asegurarse de que el perro va a una buena casa o familia que no los vaya a abandonar. ¡Ánimo y convénceles de que serás un buen dueño! Parece difícil pero lo más importante es tener confianza.

Saiyan

Debemos saber que añadiremos gastos a nuestra cartera, como el veterinario, los cuidados y la comida, así como la castración, si no viene hecha, y el pago por la adopción (el cual varía).

Si no queremos castrar al animal, no nos dejarán adoptarlo, es un compromiso imprescindible que te hacen firmar en el contrato de adopción, puesto que las asociaciones están hartas de ocuparse de muchas camadas indeseadas que abandonan en sus puertas debido a la gente que tiene animales sin esterilizar. También por esta razón hay asociaciones que tienen veterinarios que hacen descuento en la operación a la gente que ha adoptado a través de ellos en lugar de comprar. Otras veces, es la asociación la que se compromete a hacer la castración en el momento adecuado sin que suponga un gasto para el adoptante, eso hay que hablarlo antes con cada agrupación.

Otras cosas a tener en cuenta son el tamaño del perro, la edad, la raza, el tipo de pelo, etc. Nuestro veterinario nos aseguró que los perros más sanos y que dan menos problemas son las hembras con mezcla de raza y adoptadas entre los 6 meses y un año, castradas. Nosotros no le hicimos caso en el sexo ni en la edad, pero sí en lo de la mezcla y creo que es el perro más listo que ha entrado en mi casa hasta la fecha. Según nuestro veterinario, Saiyan es una mezcla de pastor alemán y bodeguero. Esto le hace ser activo, así que necesita ejercicio.

Si no eres muy deportista, asegúrate de que te llevas un perro muy tranquilo o más mayor, no un cachorro. Puede que adoptar a un «viejito» sea una buena opción: suelen estar educados, no se hacen sus cosas en casa, están más tranquilos y son los más agradecidos porque han vivido el abandono. Los cachorros puede que estén ahí sólo porque han nacido en la calle y puede que no hayan conocido otra cosa, ni una familia ni el abandono. Pero, cuando un perro casero ha perdido a su familia porque lo han dejado tirado, aprecia más que ninguno volver a un hogar. Eso de que un cachorro se adapta mejor a una casa que uno mayor es un mito y ocurre justamente lo contrario, por lo menos en mi experiencia. De hecho, yo prefería uno mayor que no luchase conmigo por el puesto de jefe, pero Saiyan me pilló en el proceso, me conquistó y ya estamos sufriendo su adolescencia, no veo el momento en que se haga mayor, a pesar de que lo adoro.

Little puppy!

También hay que saber que lo mínimo que puede traer nuestro perro de una perrera son parásitos intestinales. Normalmente, los desparasitan antes de entregárnoslos, pero hay algunos parásitos muy resistentes e incluso enfermedades que pueden pasar desapercibidas a la exploración veterinaria pre-adopción si es que no hay síntomas en el momento de la revisión. Los veterinarios recomiendan un período de vigilancia de 2 a 3 semanas desde que el perro llega a casa, dado que es lo que tardan en incubarse la mayoría de enfermedades, así como tener al resto de perros de nuestro hogar con las vacunas al día para que no haya contagio en ninguna de las direcciones. No digo que te vayan a dar un perro enfermo, de hecho están bastante controlados, pero no está demás tenerlo en cuenta y vigilar un poco más su salud cuando llegue a casa. Si hay parásitos, una pastilla y seguimiento es suficiente.

En nuestro caso, Saiyan estaba desparasitado pero sufrió diarreas y vómitos durante un mes debido a unos parásitos microscópicos que, por lo visto, son los más difíciles de erradicar. Durante ese tiempo tomó medicación diaria e hicimos visitas frecuentes al veterinario, con el consiguiente gasto, para ponerle inyecciones que le protegieran el estómago y que así pudiera asimilar la comida (el problema es que era un cachorro y era muy peligroso que perdiera peso o se deshidratara; en un perro adulto no habría sido tan preocupante). Después de eso, todo ha ido bien y es un perro muy fuerte y sano.

El derecho de propiedad sobre el perro (o reserva de dominio):

Me parece importante decir que hay asociaciones que se guardan el derecho de propiedad sobre el perro durante toda su vida y eso es algo a tener en cuenta. Lo hacen así porque lo ven como un seguro para el animal en caso de que ocurra algo. Si mueres o lo abandonas, el perro vuelve con ellos, si lo maltratas, lo pueden reclamar. Depende de la asociación, pues no todas lo hacen, pero si te importa, pregúntalo antes de adoptar.

Saiyan, nada más llegar a casa. 

Maneras de ahorrar en la adopción y vida de tu perro:
Son bastante obvias pero, si es algo que te preocupa, puede que te ayuden a elegir a tu futuro amigo. Por ejemplo:

El tamaño es una cuestión importante, dado que un perro muy grande comerá mucho más y, por tanto, habrá más gasto en comida.

El tipo de pelo, parece que no, pero también influye. Si lo tiene muy largo, una de dos, o gastarás mucho dinero en peluquería para que lo tenga cuidado/no huela/no ensucie o te darás muchas palizas lavándolo tú. Un perro de pelo corto necesita muchos menos cuidados, puesto que se ensucia menos al hacer sus cosas, no se le hacen nudos ni enredos, no ensucia tanto la casa, puesto que pierde menos pelusa, y huele menos.

El sexo del perro puede ser un tema importante, dependiendo de que tengamos que hacer la esterilización o no: la de las hembras es más cara que la de los machos en cien o en unos cientos de euros. Si viene hecha o la asociación se compromete a hacerla sin gasto para ti, el tema del sexo del animal da lo mismo en cuanto al tema económico, depende de tu gusto y de que el perro en cuestión se adapte a ti o no.

Investiga varias asociaciones y/o perreras: las asociaciones suelen tener una cuota de adopción que cubre los gastos generales de manutención anteriores a la adopción, así como las vacunas y el chip, que le ponen antes o en el momento de irse contigo. Van de los 50€ a los 190€, así que piénsalo bien si esto es algo que te importa. Las perreras no asistidas por asociaciones puede que te den al perro en peores condiciones, sin garantías de vacunación y/o castración, pero es verdad que te llevas el perro sin pagar. Además, estarás salvando una vida, dado que en muchas los sacrifican. En las asociaciones te saldrá un poco más caro pero tampoco mucho y estarás ayudando a los demás perros que aún tienen sin hogar, a parte de que te llevarás un animal más cuidado y revisado. Tú decides lo que te conviene más o parece mejor.

Aquí está Saiyan, ya más mayorcito, con casi 6 meses, espiándome.

¿NECESITAS IDEAS PARA SABER DÓNDE ADOPTAR?

Algunos lugares de referencia en Murcia y Madrid:

MURCIA: Adopté a Saiyan en la perrera municipal de Molina de Segura, Murcia, llamada oficialmente Centro Zoosanitario. La adopción la lleva la asociación APAMS, que está haciendo una gran labor al haber firmado con el Ayuntamiento un compromiso de sacrificio cero en la perrera, entre otras cosas. Para ver a los perros hay que ir directamente al Centro Zoosanitario (Ctra. de los Valientes, junto a Ermita «El Romeral») en un horario de 12 a 13:30 de martes a sábado. Llamar al timbre y esperar un poco, a veces tardan en abrir. Cuota de adopción: 0€ – sólo 50€ por el chip y las vacunas.

MADRID: Estos son los sitios que valoré antes de decidirme por ir a una perrera:
ANAA -Asociación Nacional Amigos de los Animales. Mi prima acaba de adoptar una perrita ahí. Es imprescindible residir en la Comunidad de Madrid, presentar el DNI, la última factura de teléfono (para que vean que, efectivamente, tienes casa en Madrid), y firmar un contrato de Adopción en el que te comprometes a tenerlo bajo su custodia provisional (dado que ellos conservan un derecho al que llaman reserva de dominio de por vida sobre el animal). Cuota de 100€.
CIAAM – Centro Integral de Acogida de Animales de la Comunidad de Madrid. Requisitos: Firmar un documento de adopción, ser mayor de edad, presentar el DNI, pagar la cuota, vacunar y pagar la vacuna, firmar el compromiso de esterilización si el perro no está castrado. Por teléfono también me dijeron que era imprescindible vivir en Madrid.Creo recordar que por teléfono me dijeron que la cuota era de 90€.
El Refugio – Asociación protectora. Requisitos: pagar una cuota de 90€, presentar el DNI y firmar el contrato de adopción.
Alba –  Asociación para la Liberación y el Bienestar Animal. Guardan el derecho de ejercer la reserva de dominio sobre el perro, pero te regalan un curso básico de obediencia y te asesoran sobre el perro adecuado para ti. Te entregan el animal vacunado y castrado (o con compromiso de castración sin gastos para ti).
Y hasta aquí mi experiencia. ¡Espero que os sirva de ayuda! Ya sabéis que podéis preguntar lo que queráis y compartir vuestra experiencia. Nos vemos.

 

Un país para comérselo en TVE 16 de septiembre de 2011

Ayer empezó la nueva temporada del programa «Un país para comérselo» que realiza por segundo año consecutivo TVE. Tengo que reconocer que nunca lo había visto, sobre todo, debido a mi estancia en el extranjero durante todo el año pasado, pero ayer me sorprendió.
Me puse a ver «Cuéntame…», la cual también estrenaba temporada y a la cual di otra oportunidad después de unos tres/cuatro años sin verla. Me hizo gracia, aunque no sé hasta que punto me gustará tanto como antes (pero de todas formas seguiré viéndola por si acaso). Y detrás de ella, venía «Un país para comérselo».
Debido a la vagancia de no querer aún levantarme del sofá, dejé la tele puesta y resultó que me encantó. Sólo con la introducción y la pasión de sus palabras me enganché. Vi que no sólamente es un programa en el que te enseñen: en Córdoba se cocina ésto y en Murcia aquéllo, sino que también tratan temas culturales más allá de la gastronomía, está muy bien llevado y te hace sentir verdaderamente que estás acompañando a los presentadores por donde quiera que vayan.
Éstos, Imanol Arias y Juan Echanove, tienen mucha complicidad entre ellos y son muy carismáticos, lo cual crea un ambiente familiar muy entretenido, en el que te parece estar rodeado de amigos mientras recorres rincones que no conocías de España. Los lugares que visitan son, aparte de los mejores (como era de esperar), muy originales. Te muestran lo típico, lo artesanal, lo más auténtico.
Además, el lenguaje audiovisual está muy bien tratado. Las transiciones entre un lugar y otro son una obra de arte, entre los paisajes, las tomas originales y los poemas que los mismos presentadores van recitando y que te van sumergiendo en esa España tradicional y nuestra, que parece que estemos en ocasiones olvidando debido al trajín del trabajo y de las obligaciones.
En definitiva, me pareció un programa muy bien elaborado en el que, como periodista, verdaderamente me encantaría trabajar y que, como espectadora, me encantará seguir y creo que deberían hacerse más cosas así, con tanta calidad, en lugar de apostar por la tele basura, como hacen muchas otras cadenas.
Aunque sólo sea una bloguera más, les doy la enhorabuena desde esta parcelita de Internet y, de verdad: «Un país…» para recomendar 🙂

Aquí os dejo la web con el vídeo del programa, para los que no lo hayáis visto o queráis repetir.

Juan Echanove, el torero Espartaco e Imanol Arias en Sevilla

Juan Echanove, el torero Espartaco e Imanol Arias en Sevilla

 

Periodista+alcachofa=¿verdulero atleta con tomate? 13 de May de 2010

Filed under: Artículos — Lua Soleil @ 21:17

Hace poco fuimos a Cartagena a hacer un reportaje en el mercadillo y volvió a salir el tema de la dichosa alcachofa. Sí, sí, no es que en los puestos se vendieran verduras a 1 euro el Kg, sino que las de la alcachofa éramos nosotras, mi compañera y yo, las dos periodistas.

(imagen de la alcachofa de ...:::noctiluca:::... y de la mujer deJavierPsilocybin, flickr licencia cc)

El caso es que aquí parece (con aquí, me refiero a España y más en concreto a la mente colectiva del pueblo) que un periodista es una suerte de verdulero atleta, pues lo que hace es correr con la alcachofa detrás de los famosos. ¡Y también parece que nos dedicamos todos al Tomate! ¡Fíjate tú, oye! No sabía yo que los periodistas nos preocupáramos tanto de la alimentación de las personas (a no ser que se refieran, claro, a una alimentación mental, de esas que incluyen sopas de letras) .

Pero, en fin, lo que sucedió en Cartagena más o menos fue que me paré frente a un puesto y encendí la cámara. Al instante desaté la euforia.

– ¡LA TELE, LA TELEEEE! – gritó con entusiasmo una vendedora gitana, pegando su sonrisa a mi objetivo; y justo después se dirigió a su marido- ¡Di algo Juaqui! ¡Di algo!
– Sólo vi a dicir – habló el otro con gracejo y salero -, ¡¡que le digai a Zapatero que dicen los gitanos que le dé trabajo a los gitanos!!
– ¿Pero esto pa qué canal e’ ? – dijo un lotero, ataviado con sus cupones en el pecho.
– Para ninguno, sólo somos estudiantes – respondimos nosotras.
A lo que él saltó:
– ¡¡Buenoooo!!! ¡Dentro de poco os veremos persiguiendo a los famosos con la alcachofa!
– ¡Eso, eso! ¡Dando el Tomate! –  intervino un amigo suyo, tendero.

Y así es como, por enésima vez, recibí de las buenas gentes el topicazo de la sagrada alcachofa con su consabida salsa de tomate…

Pero esta vez no sólo me dije que la ecuación de las verduras estaba mal y que estas gentes no deberían pensar así, esta vez me dije que debía decir algo al respecto. 
Los periodistas tenemos que dejar de lado los malos hábitos que se han ido instaurando en las distintas cadenas y empezar a alimentar de verdad a las mentes de este país, a base de papillas de alcachofa pero sin tomate, a base de sopas de letras, para que se den cuenta de que el Periodismo es algo más que correr detrás de gente cuya vida, realmente, no importa a nadie; que el Periodismo es información, es conocimiento. Y ese conocimiento es el que permite que la gente reflexione sobre la sociedad en la que vive. 

Un profesor dijo a mi clase una vez: «La típica pregunta después de que uno diga que estudia Periodismo es: ¿Y a ti qué te enseñan ahí, eh?» Y la respuesta no tendría que ser un tímido: «Pues, no sé… a escribir…» Sino que, como él dijo, debería ser: «Pues, mire, me enseñan a reconocer los hechos importantes, seleccionarlos, jerarquizarlos, redactarlos y publicarlos para que usted no sea un ignorante. En pocas palabras, me enseñan a mostrarle lo que necesita saber para no ser un imbécil». Obviamente le sentó muy mal que alguien dudara de la utilidad de su profesión.

Puede sonar muy fuerte, pero ¿acaso no es, en gran parte, cierto? Si nosotros no existiéramos… ¿de qué hablaría la gente? ¿Sabrían, como se suele decir, lo que pasa en el mundo? Lo que nosotros no mostramos, «no existe», porque nadie se entera de ello.

Entonces, por qué estamos tan mal vistos. Sin nosotros nadie sabría nada. ¿Acaso preferirían que no existiéramos?Tenemos una gran responsabilidad y hacer un buen uso de ella es nuestro deber.
Y por ello creo que somos (o deberíamos ser) más que «un verdulero atleta con tomate».