La brújula del camaleón

El blog de Lua Soleil – cultura, viajes, fotografía, cine y literatura

Poesía – Cadáveres exquisitos una noche de verano – Murcia 18 de septiembre de 2011

Ayer por la tarde/noche, salí con mi amigo Álexs (siempre con «s», sí, así le gusta a él) a tomar un café por Murcia. Hablamos del futuro incierto, de nuestras vidas inquietas, del qué hacer (¡ah, eterna pregunta!) y el café nos duró dos horas. Momento en el que vino Alberto, personaje que siempre aporta un punto más de locura a la que nosotros ya llevamos de serie. Entre los tres, las carcajadas siempre surgen a borbotones unas detrás de otras de forma habitual. Con este ambiente era normal que pasara lo que tenía que pasar: la consecuente cena y paseo en busca de bar por las tascas del centro de la ciudad.

Así, llegamos a una tetería muy conocida y, después de que viniera otro compañero más, Óscar, Álexs propuso hacer un experimento que yo nunca había hecho antes: un cadáver exquisito.

El nombre suena hasta tétrico, lo sé, y, conociéndole, no me esperaba nada bueno (xD), pero resultó en un buen rato de risas a más no poder. Empezó escribiendo él tres versos (con burradas, obviamente) y me pasó el papel doblado, de modo que sólo viera el último. Yo escribí otros tres versos basándome en el que veía de él y haciéndolos rimar. Lo doblé y se lo pasé a Óscar, el cual hizo lo mismo y se lo dio a Alberto, quien lo terminó. Cuando abrimos la servilleta, nos encontramos un poema totalmente surrealista (lo cual era también el objetivo) y totalmente hilarante. Y así, hicimos varios, cambiando el orden de los participantes y los temas que podíamos o no tocar a continuación.

Creo que nunca me había divertido tanto con la poesía. Siempre lo había visto como un ejercicio serio, de concentración, solemne. Pero al probar esta técnica he abierto un poco los ojos. La poesía puede tener mucho significado incluso sin tanta reflexión. Puede que el resultado sea surrealista, pero es que muchas veces nuestros pensamientos son así. ¿Y por qué dar sentido a todo? ¿Por qué no dejar que el caudal de imágenes, preocupaciones o todo lo contrario de nuestra mente, salgan al exterior sin ponerles cortapisas? Esto es lo que se logra con lo que algunos llamaron cadáveres exquisitos y otros, poemas al alimón. Y el resultado, a parte de sorprendente y divertido, o incluso violento, puede ser, desde luego, arte también.

Os dejo uno de nuestros resultados y os invito a probar en cuanto podáis:

Genios sin lámparas

embriagados entre copas

sobre alfombras voladoras

los budas cantaban

lirolí lirolá

y comían magdalenas a la orilla del mar

sobre un caballo

me lamía las melenas

pensando en el bar

con la idea de cantar

porque el arte sale del alma

el friki va al karaoke y la arma.

foto de Carlos de las Piedras, licencia Creative Commons